Durante la pandemia

Tuve el privilegio de participar durante la pandemia con un equipazo en dos grandes certámenes recientemente respecto al combate contra el COVID-19 en México. Las convocatorias, una fabricada por el colectivo PONTE LA VERDE CONTRA EL COVID-19, y la otra por Alibaba vía Atomic 88, tenían en mente ayudar el difícil proceso nacional frente a la pandemia con ideas que incluso podían ser emprendidas formalmente. Me quedo con el privilegio de haber trabajado con un equipo de personas altamente productivas y capaces, con los aprendizajes y charlas en Zoom que incluso desde China nos obligaban a estar a las 8am en sábados, y con una grata experiencia de investigación y análisis frente a problemas localizables, ponderables y prioritarios.

Lo anterior ocurrió desde el mes de abril cuando, en ausencia de la trabajadora del hogar en casa, nos tocó a mi hermano y a mi afrontar ese gran reto mientras nuestro padre trabaja virtualmente hasta en domingos. Posteriormente, en los primeros días de mayo, mi madre tuvo un accidente al resbalarse en casa e inmovilizaron su pierna izquierda con un durex de color azul. Hasta hoy quitaron dicho objeto de su pierna y comenzará su rehabilitación puntualmente.

Quisiera con lo anterior expresar mi más sincero reconocimiento a los y las trabajadoras del hogar, a las madres y/o padres que con o sin remuneración hacen día a día las labores del hogar, con o sin hijxs. Es de los empleos más difíciles (no trato de convertirlo en un "yo lo víví y sí es cierto" sino en puro agradecimiento que no muchas personas lo hacen públicamente), sobretodo cuando mamá no puede bajar escaleras y debes acercarle las comidas, bañarla o vestirla, cuidarla de no contagiarla y usar cobrebocas si sales de casa. Eso no omite el darme cuenta del privilegio de poder ayudar a mi mamá como primer núcleo de desarrollo, ese que nace desde el hogar, que no tiene espacio en LinkedIn ni en un CV y merece todo el agradecimiento posible.