Siempre hay algo que contar cuando lees a Schopenhauer
Parece que el autor Arthur Schopenhauer de origen alemán adora el número 3. Tan piramidal en el entendimiento de la relación perfecta de los significados de la vida, tan equilibrado en sus propuestas filosóficas y hablando siempre de 3 conceptos unidos caminando juntos, o por lo menos así me parece cuando leí su ensayo titulado "Aforismos sobre el arte de saber vivir".
Dice éste autor que existen tres momentos que se deben entender bien para saber vivir y son: lo que somos, lo que representamos, y lo que tenemos. Cada uno de éstos momentos proporciona a la vida el adecuado monto de satisfacción final resultante. Sin embargo, entre ellos no hay simetría a menos de querer vivir engañados.
Lo que somos es por mucho más importante que aquello que tenemos o que representamos, pero existen trabajos que sobrepasan lo que somos y nos emplean 24 horas al día en lo que representamos. El actor famoso o el cantante perseguido, la líder del gremio sindical en el Reclusorio Norte (¿seguirá pesando más en ella lo que es de lo que representa? ¿entramos a un debate de percepción posterior no es así?), todos tenemos una trinidad no perteneciente a la religión, que es la propuesta de Schopenhauer en ese ensayo pero que cada quien mide a la altura de su sabiduría de vida (si es que existe tal cosa).
Creo en las personalidades múltiples (o quizá son más actitudes momentáneas convertidas en ellas) de los individuos y en ese experimento diario que llamamos vida, jugamos a mezclar de cada una en determinado momento lo que más nos conviene o lo que más nos ajusta al contexto que nos rodea. El que escribe aquí representa letras al aire que alguien lee y formula un valor de lo que represento, distinto al que yo conozco y percibo de mi mismo.
Con este ensayo corto del saber vivir de Schopenhauer no puedo categorizarlo en el área de los inentedibles porque es bastante claro, conciso y hasta percibo una paternidad como si mi padre escribiera para decirme la alquimia de vivir. Es muy interesante, lo recomiendo ampliamente.
Lo que somos es por mucho más importante que aquello que tenemos o que representamos, pero existen trabajos que sobrepasan lo que somos y nos emplean 24 horas al día en lo que representamos. El actor famoso o el cantante perseguido, la líder del gremio sindical en el Reclusorio Norte (¿seguirá pesando más en ella lo que es de lo que representa? ¿entramos a un debate de percepción posterior no es así?), todos tenemos una trinidad no perteneciente a la religión, que es la propuesta de Schopenhauer en ese ensayo pero que cada quien mide a la altura de su sabiduría de vida (si es que existe tal cosa).
Creo en las personalidades múltiples (o quizá son más actitudes momentáneas convertidas en ellas) de los individuos y en ese experimento diario que llamamos vida, jugamos a mezclar de cada una en determinado momento lo que más nos conviene o lo que más nos ajusta al contexto que nos rodea. El que escribe aquí representa letras al aire que alguien lee y formula un valor de lo que represento, distinto al que yo conozco y percibo de mi mismo.
Con este ensayo corto del saber vivir de Schopenhauer no puedo categorizarlo en el área de los inentedibles porque es bastante claro, conciso y hasta percibo una paternidad como si mi padre escribiera para decirme la alquimia de vivir. Es muy interesante, lo recomiendo ampliamente.
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